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Un mismo origen y un mismo destino de nueve familias de nuestra región

Historias de inmigrantes

Una investigación familiar revela las raíces comunes y los lazos de parentesco de nueve familias llegadas desde Italia a la Argentina entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Los inmigrantes originales se instalaron en Olavarría, Azul y Benito Juárez, lo que continuó en un árbol genealógico que llega a nuestros días.

En el marco del Día del Inmigrante que se celebró el pasado 4 de septiembre, un trabajo de investigación familiar realizado por César Hugo Gorosito revela las raíces comunes y los lazos de parentesco de nueve familias llegadas desde Italia a la Argentina entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

El punto de partida fue el pueblo de Pietrabbondante, en la región de Molise, y los inmigrantes originales se instalaron en el centro de la provincia de Buenos Aires, en los partidos de Olavarría, Azul y Benito Juárez, que luego continuó un árbol genealógico que llega a nuestros días.

La historia

“Entre los años 1880 y 1893 fue llegando a la Argentina un grupo de italianos que en su pueblo natal, Pietrabbondante, sus familias tenían raíces comunes y mantenían lazos de parentesco. Este pueblo se encuentra a unos 154 kilómetros al sudeste de Roma, en la provincia de Isernia, región de Molise.

De allí partieron primero en 1880, algunos de los miembros de las familias Di Salvo, Zarlenga y Delfino, que al llegar a la Argentina se dirigieron “al Azul” en una primera escala, para luego dirigirse unos al distrito de Olavarría y otros al distrito vecino de Juárez para trabajar en las tareas rurales, radicándose en el Cuartel 16 y luego en el Cuartel 8.

En ese año 1880 llegaría Pablo Di Salvo, con 40 años de edad, y su esposa María Ángela Zarlenga de 29 años. Se habían casado diez años antes, y llegaron con dos hijos: Nicolás de 9 años y Filomena de 8. Luego tendrían más hijos, llegando a cinco (4 mujeres y 1 varón). Pablo Di Salvo sería el primero en comprar un lote de campo en el Cuartel 16 de Olavarría.

Junto con ellos llegaron Domingo Delfino (32 años) y su esposa Carmen Leponte (27 años), y su hijo Pedro Ambrosio Delfino (7 años) nacido en Italia. Luego terminarían radicándose en el Cuartel 16 del partido de Olavarría. Al año siguiente tendrían su primera hija en Argentina.

En 1882 arriba Antonio Di Salvo, junto con su flamante esposa, Genoveva Zarlenga, ambos de 23 años. Llegaron a la Argentina con el sueño de formar una nueva familia en un país donde todo estaba por hacer. Tres años más tarde, en 1885 nacía su primera hija, y en el censo poblacional de ese año figura como “hacendado”, lo que indica que el progreso no se hizo esperar.

También junto con ellos llegaron Vicente Izzi (60 años) y su esposa Emilia Santángelo (47 años) y dos hijos, Cayetano (11) y Pascuala (9), que se instalarían en el Cuartel XV del partido de Olavarría.

En ese mismo año (1882) llegaron también Francisco Di Salvo (33), y su esposa Victoria Zarlenga (32), con su hijo de 8 años José Nicolás, los cuales se radicarían en el Cuartel 11 del partido de Olavarría; tendrían 6 hijos (4 varones y 2 mujeres). Venían acompañados por su hermano Gavino Di Salvo (31) y su esposa Sabina Zarlengo (24), próxima a tener su primer hijo, ya que el 21 de febrero del 83?, nacería Rufina en Azul. Tendrían 8 hijos (4 varones y 4 mujeres), y se radicarían en principio en Azul.

También en 1882 llegaron Nicolás Pascua (22) y su esposa Angela Izzi (19); se radicaron primero en Azul, luego en el partido de Benito Juárez y por último en el Partido de Olavarría. Van a tener 12 hijos (7 mujeres y 5 varones). Junto a Nicolás llegó su primo Domingo Pascua, de 21 años.

En 1886 llega otro Antonio Di Salvo (50), con su esposa española, María Maqueira (40) y un hijo de 14 años, Valentín, que había nacido en Pontevedra (España); ellos también se radicarían en Olavarría. Junto con ellos arribaron Emilio Antonio Zarlenga (33) y su esposa Gabina Caponi (31), que se radicarían en el partido de Juárez, donde tuvieron tres hijas. Los acompañaban Gabino Caponi (32) y su esposa Filomena De Lucio (29); también se radicarían en el partido de Benito Juárez, donde tuvieron 10 hijos (5 varones y 5 mujeres). También, junto a ellos arribaron Nicolás Disalvo (28) y su esposa Beatriz Tesone (21); se radicarían en el partido de Juárez, en el Cuartel 6 y luego en el Cuartel 8, junto a la familia Vassolo; tendrían 12 hijos (8 mujeres y 4 varones). Más tarde se radicarían en la zona de Tres Arroyos. 

En ese mismo año 1886 llegaron Arcángel Di Salvo, de 28 años, con su esposa Victoria Bax, y una hija de 8 años llamada Ercilia.

En 1888 llega otro (el tercero) Antonio Di Salvo, de 24 años, y su esposa Gavina Zarlenga (22), con dos niños, Floro de 4 años y María de 1 año. Permanecerán diez años en Azul y luego se radicarían en el Cuartel 6 de Olavarría, donde nacerán nueve hijos (5 varones y 4 mujeres). En ese mismo año 1888 arribaron también Andrés Disalvo Bax (25) y su esposa Carmen Diorio, los cuales se radicarían en Benito Juárez y luego cerca de Estación 16 de Julio. Los acompañan en el viaje José (19), Gasperina (15) y Juan Disalvo (18), que se quedarían en principio en Azul. El apellido original en italiano es indudablemente Di Salvo, pero en la transcripción en los documentos argentinos varios han sido cambiados a Disalvo.

También en 1888 arribaron Juan Izzi (40) y su esposa Filomena Malaragno (40), con dos hijos: Antonio (8) y Albina(5). Se radicaron primero en Azul y luego en el Cuartel 8 de Benito Juárez, en cercanías del Paraje El Luchador.

En 1892 arribaría Juan Mancini Tesone (31) y su esposa Herminia Izzi (32), junto con dos hijos: Domingo (5) y Luis (2). Se radicarían primero en el Cuartel 16 de Olavarría, junto con las familias Izzi, Di Salvo y Pascua. Tendrán nueve hijos (4 varone y 5 mujeres). Junto con ellos llegó la hermana de Juan, Antonina (17), y los hermanos de Herminia: Juan (35), Angela (30) casada con Nicolás Pascua, Teodoro (23) y Antonio (Antonino) Izzi (18). Más tarde se radicarían en el Cuartel 8 del partido de Benito Juárez, junto a la familia Zarlenga, y después lograron comprar un lote de campo en el límite del partido de Juárez con el de Olavarría, en cercanías del Paraje El Luchador.

Como se observa, todas estas familias tenían lazos de parentesco en su lugar de origen (Pietrabbondante) y, si vemos sus árboles genealógicos hasta 1920, las nuevas generaciones se volvieron a entrecruzar en la Argentina, conformando una red de parentescos estrechos.

Para una mejor comprensión se puede observar el gráfico de matrimonios, comprendidos entre 1860 y 1916, en la que sobresale la familia Izzi con 12 matrimonios: 1 con Santangelo, 3 con Pascua, 1 con Tesone, 2 con Mancini, 2 con D’Onofrio, y 3 con Delfino.

La familia Mancini se enlaza con cinco matrimonios: 2 con Izzi, 1 con Tesone, 1 con Pascua y 1 con Zarlenga. La familia Zarlenga se enlaza con cinco matrimonios: 2 con Di Salvo, 2 con Caponi y 1 con Mancini. 

¿Cuál es el motivo de realizar este análisis de familias inmigrantes? Ha sido una consecuencia de haber tratado de responder a las preguntas de -qué motivaba a determinados inmigrantes a radicarse en un determinado lugar?. Las respuestas pueden ser variadas, pero pocas para un grupo familiar. Siempre habrá un emigrante pionero (el primero) que deja su país, llega en busca de una vida mejor, y luego induce o es el referente para que otros sigan el mismo camino. Allí están los parientes y los amigos cercanos que confían en las noticias que llegan de América…

Indudablemente, el contexto histórico de los países, con sus implicancias económicas y sociales en los habitantes de cada región, es el trasfondo que rodea a las familias, y las condiciona en la toma de decisiones tan drásticas como las de tener que dejar su lugar de origen y emigrar de su patria. 

¿Por qué los campos del sur de la provincia de Buenos Aires en su elección de trabajo y radicación? En 1879 llegaba el ferrocarril al Azul. En ese año, el general Julio Argentino Roca se trasladó hasta Azul en ferrocarril, para luego ponerse al frente de las fuerzas militares que iniciarían la llamada “Conquista del Desierto”, arrinconando a los pueblos aborígenes en el sur patagónico, con los cuales se había tenido conflictos por décadas.

En 1882 el ferrocarril llegó hasta Hinojo, para favorecer el envío del material extraído de las canteras de piedra y las primeras producciones de caliza.

Llegar hasta Azul desde Buenos Aires ahora era rápido y seguro para la época; quedaba atrás las largas travesías en carreta y el cruce del río Salado, siempre y cuando no estuviese crecido.

El gobierno nacional, a través de los consulados en Europa, hacía publicidad para atraer inmigrantes agricultores y poblar “el desierto” pampeano. Unos años antes, en 1875, llega a Buenos Aires procedente del norte de Italia, un joven de 21 años, llamado José Guazzone, que tenía cierta preparación para la época, en que la mayoría de los inmigrantes eran analfabetos. Trabajó en varios oficios, sin perder de vista las nuevas oportunidades de progreso que se podían presentar. Compró un campo en Azul y luego otro más grande en el partido de Olavarría (Cuartel 16) en el año 1882, y trajo paisanos suyos de su pueblo natal para que vinieran a trabajar la tierra. Sembraba trigo y pronto su progreso económico fue notable, y continuó comprando más campo, esta vez en Beruti (noroeste de la provincia de Buenos Aires), donde fundó una colonia de campesinos.

No parece casual que la familia Di Salvo, y luego las demás, trabajaran campos vecinos a los que comprara José Guazzone en Olavarría, cuando recién llegaran al país. Luego otros motivos, otros intereses, como queda demostrado, hicieron que fueran cambiando de zonas para radicarse con sus familias. Es en estas zonas rurales, en estos parajes, donde nacieron las nuevas generaciones, sus descendientes, y donde todavía hoy encontramos familias con los mismos apellidos.

Cualquiera de los descendientes que quisiera hacer su árbol genealógico, comenzará a retroceder en el tiempo, se encontrará con los mismos apellidos entrecruzados en las diferentes generaciones, y comenzará a hacerse preguntas que le gustaría haber hecho a sus abuelos que ya no están…

Comentario final. Cuando comencé a realizar mi propio árbol genealógico, no imaginé que terminaría haciendo esta investigación de familias de inmigrantes. A muchos de ellos he conocido de niño, fueron amigos de mis padres, y perduran en mi memoria. Mi reconocimiento a los pioneros, que con su esfuerzo y voluntad de progreso contribuyeron a la formación de una nueva nación. Olavarría ostenta un monumento a La Voluntad del Hombre: creo que allí se hallan representados también los inmigrantes”.

César Hugo Gorosito – cesarhugogorosito@gmail.com

Fuentes de consulta: – Censos Nacionales de Población años 1886 y 1895; – Actas de Bautismo y Actas Matrimoniales, Iglesia Católica; – Planos del Partido de Olavarría años 1890 y 1930; – Referencias personales de familia.

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